Esta entrada se la dedico a todos los viajeros que piensan, como yo al principio, que Benidorm era un nido de guiris borrachos, abuelos y ya.
Cuando llevas 19 años de tu vida viviendo en Madrid, que es una ciudad que nunca terminas de descubrir y donde tienes de todo, gente de todos (en serio, todos) los estilos y millones de cosas que hacer sin aburrirte, te crees que todo lo que sea otra cosa no es tan genial.
Pues os voy a ser sincera: yo era una de esas personas. Pero un día tuve que venir a vivir a Benidorm y, aunque al principio lo pasé fatal, ahora me gusta tanto como mi ciudad.
He conocido gente muy maja, si te aburres te puedes bajar a la playa o hacer senderismo sin coger el coche porque la sierra esté a 60 kilómetros, todo está cerca así que siempre puedes bajarte a tomar algo a algún bar que te guste especialmente sin necesidad de coger el metro. Los mercadillos y rastros son creativos y muy familiares, la verdura es siempre fresca si la compras allí y el pescado es muy barato y está buenísimo. Aunque si no tienes coche da bastante pereza moverse, la verdad es que en los dos años que llevo aquí me han pasado muchas cosas buenas.
Y la verdad sea dicha, echo de menos mi tierra. Mucho. El olor putrefacto del metro, la lluvia, los 50 grados en verano con la silla de playa en la plaza del barrio, mojándose en las fuentes y tomando Mahou. El centro, que haya ONO, la cultura, el cocidito y todas esas cosas que a uno le gustan del sitio del que es.
Pero bueno, que sepáis que vivir en Benidorm vale la pena.
PORQUE TODOS SOMOS CIUDADANOS DEL MUNDO, HAY QUE DESCUBRIR CADA PAÍS, CADA CIUDAD, PARA SABER LO QUE ES VIVIR! =)
Y ahora que vamos a ser profesionales, tenemos que hacerlo posible. Vamos a viajar y descubrir todo lo que podamos, desde dentro :D
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